El centrocampista habla con Relevo sobre su continuidad, su forma actual en el fútbol y su orgullo por su carrera como rojiblanco.
Ander Herrera está experimentando una renovada alegría, tanto en el terreno de juego como en su vida personal. Esta transformación es evidente, especialmente considerando lo difícil que fue para él encontrarla después de un primer año lleno de momentos difíciles debido a lesiones constantes que sembraron dudas en su mente y lo hicieron sentir en deuda con la afición. Sin embargo, en la última temporada, el jugador bilbaíno volvió a encontrar la felicidad en todos los aspectos, a pesar de que su contrato estaba por expirar el 30 de junio de 2024, lo que generaba incertidumbre sobre su futuro. Por lo tanto, resulta fascinante revisar junto a él estos últimos meses, reviviendo las emociones de aquellos días y escuchando relatos sobre algunos detalles inéditos hasta ahora.
La celebración de la boda de Iñaki Williams simboliza la fortaleza de su equipo, y un mensaje de Mikel González refleja la dedicación del club, resumiendo así su compromiso renovado. Aunque la decisión de continuar o no fue pospuesta durante la temporada, las conversaciones con el club habían comenzado meses atrás, mientras disfrutaba del día a día en el fútbol que finalmente les llevó a conquistar la Copa del Rey en La Cartuja, un momento inolvidable. Williams admite que los momentos de los penaltis, o los instantes previos, fueron los más difíciles que ha experimentado en un campo de fútbol.
Entrevistar al mediocampista es un verdadero placer para el periodista y una delicia para el lector. Tiene el control de la situación, es hábil para prever el curso de la conversación y siempre tiene respuestas preparadas. Su comunicación es clara y directa. Pero, lo más importante, es que no se esconde. En esta entrevista con Relevo, no duda en profundizar sobre la decisión de seguir un año más en Bilbao, así como en relatar momentos complicados en Zaragoza que se abordarán en una próxima entrega. Además, comparte su perspectiva del fútbol como un veterano que siente «mucho vértigo» ante la cercanía de la jubilación.
Estupendo. Hablando de este tema, recientemente surgió una discusión entre mis colegas sobre si volverían a tener 20 o 22 años. Personalmente, debo decir que no lo haría, estoy disfrutando mucho de mi vida actual. Valorando la calma y la tranquilidad que vienen con la edad, aprecio mi familia, mi profesión y la estabilidad mental que he alcanzado. Esta sensación de bienestar es algo que no tenía a los 22 años. Disfruto cada día, de mi equipo Athletic, de la ciudad de Bilbao, de mis compañeros… Realmente estoy viviendo un momento que desearía que durara para siempre, aunque sé que eso no es posible.
Claro, sí, y también consideraría la temporada anterior en la que estuve disponible en casi un 80%, si no me equivoco. Me sentía muy bien, útil y cómodo. Los que tenemos 34, 35 o 36 años entendemos que no es posible jugar todos los días debido a cuestiones físicas, lo cual también les resulta difícil a los jóvenes, como hemos podido observar. Coincido contigo en que me siento en buena forma, cómodo y enérgico. Es verdad que trato de no centrarme en fragmentos de partidos o momentos específicos, sino más bien en la imagen general. Mi objetivo actual es estar en óptimas condiciones para el Espanyol y luego para el Slavia de Praga. No estoy pensando en diciembre, enero, la etapa final de la temporada, ni siquiera en la Copa, cuando llegue. Por ahora, estoy disfrutando de esta etapa.
Entiendo que formar parte de esto es algo natural para mí. En cuanto al ruido externo a mis 35 años, lo afronto con total naturalidad. Prefiero desconectar, regresar a casa y disfrutar de mi familia. Veo muchos partidos de fútbol, pero apenas leo prensa. A pesar de esto, creo que la gente valora el fútbol. Los aficionados al fútbol, los socios del Athletic, reconocen el esfuerzo de los jugadores veteranos, independientemente de si tienen 35, 38 o 42 años, al igual que valoran el trabajo de Jaureguizar, Unai Gómez, Prados, entre otros. Es cierto que puede haber algún fanático en el bar que comente al respecto, pero si tuviéramos que controlar a todos los amantes del fútbol, no daríamos abasto.
Claro que no, lo haces con gusto. Recuerdo a algún jugador del que leí recientemente acerca de los sacrificios. Hablaba sobre la importancia de cuidarse, estar disponible, descansar adecuadamente, tomar suplementos, y renunciar a las fiestas del Pilar que tus amigos disfrutan ahora. Yo prefiero no salir de noche en el Pilar porque mi prioridad es el día del Espanyol. Cada esfuerzo contribuye a sentirme bien, pero para mí es un placer hacerlo. Cuando tienes el hermoso objetivo de estar presente día a día y ser útil para tu equipo, los sacrificios no parecen tan difíciles. Quizás a los 20 años pensabas ‘mis amigos están de viaje y yo tengo que quedarme aquí’… Pero ahora lo hago con alegría porque sé que esto no durará para siempre. Sé que llegará un día en que esto termine, así que intento disfrutar al máximo cada día.
Sí, pero no es simplemente un día decir: ‘Ya es suficiente, Ander’. Es sobre el postfútbol, ya que he estado haciendo esto desde que era un niño de 4 o 5 años, conviviendo en vestuarios. Desde los 9 o 10 años, cuando jugaba en Zaragoza para la Unión Deportiva Amistad, viajando y pasando noches en hoteles con mis compañeros, siempre pensando en que después de la escuela tenía que entrenar. Mi objetivo es hacer la transición más llevadera, para que el impacto no sea tan fuerte, pero sí, me da vértigo porque además de ser futbolista, soy un amante del fútbol. El fútbol es mi vida. En mi casa, el fútbol ha sido fundamental, o incluso lo más importante de las cosas menos relevantes, desde que tengo memoria. Al mismo tiempo, reconozco que tengo amistades, una forma de vida, una cierta formación, y llevo mucho tiempo en este deporte para poder tener un postfútbol agradable y poder disfrutarlo. Aunque sea inevitable, me da vértigo, me da miedo, porque he estado haciendo esto desde los cuatro años. Además, escucho los testimonios de muchos que dicen que la transición es dura.
No, no es que siempre haya sido un apasionado de mi trabajo, siendo bastante exigente. Es importante encontrar un equilibrio, también me permito disfrutar y salir a comer sin problema.
Claro, es fundamental adaptarse y realizar una adecuada preparación para evitar lesiones. Por lo general, antes de cada entrenamiento, los jugadores más experimentados suelen dedicar un tiempo a calentar y prepararse. En mi caso, al ser suplente al principio de esta temporada junto con Lekue, nos aseguramos de activarnos y calentar de forma adecuada, considerando la posibilidad de tener que entrar al campo en cualquier momento. Cuando eres joven, salir desde el banquillo no supone un problema, pero a medida que pasan los años, es necesario realizar una activación previa para estar en óptimas condiciones. Personalmente, me tomo en serio los calentamientos porque quiero estar preparado en caso de ser necesario. No lo veo como una obligación, sino como una parte fundamental que disfruto.
Fue una experiencia difícil. Me afecta mucho el no sentirme productivo, especialmente cuando hago todo lo posible para estar en buena forma: descanso, no salgo, evito el alcohol, sigo estrictamente mi dieta y suplementación, y sin embargo, sufro tres, cuatro, cinco lesiones seguidas… Aunque no sean graves, me frenan y el sufrimiento es real. Para mí, es mucho más angustiante lidiar con esa situación que tener un mal día jugando o fallar un gol. Forma parte del juego. Lo que realmente me preocupa es mantenerme sano, sentirme bien conmigo mismo y ser útil.
No, no es cuestión de ser engreído. En mi opinión, en el mundo del fútbol somos lo que somos y alcanzamos el éxito que logramos debido a la visibilidad y la influencia social que tenemos sobre la gente. Creo firmemente que el fútbol no sería nada sin sus seguidores. Ellos compran sus boletos, adquieren nuestras camisetas, nos acompañan en los viajes y tienen el derecho de escucharnos. Como antes de convertirme en futbolista fui un apasionado del fútbol, un seguidor que desde pequeño ha apoyado a los jugadores del Real Zaragoza y ha defendido a su equipo con todo, considero que merecen escucharnos. Simplemente era una cuestión de gratitud, o quizás de explicarles que estaba haciendo todo lo posible por estar en buena forma y que no se trataba de descuidarme, sino todo lo contrario.
Creo que es evidente, ¿verdad? Aunque podamos ganar o perder partidos, ya que no somos perfectos, pienso que el equipo nunca parece desconectado. Creo que es suficiente motivación trabajar para mantener al equipo y al club en un nivel estable para competir continuamente en torneos europeos. Esa es una motivación enorme para nosotros. Los jugadores más experimentados queremos dejar nuestra huella en el club, mientras que los jóvenes, que aspiran a jugar en el Athletic durante ocho o diez años, desean competir en Europa y jugar cada tres o cuatro días, como lo estamos haciendo ahora. La motivación es algo intrínseco, está en nuestra profesión. Quien no se sienta motivado por el fútbol y sea profesional en este ámbito tiene un problema serio. El equipo cambia a cinco jugadores de un partido a otro y se puede ver que los que entran lo hacen de forma conectada. Eso no representa ningún problema. Podremos perder, ganar, estrellar balones en el poste, fallar penales en algún partido y acertar en otros, pero creo que la intención, el estilo de juego y la filosofía del equipo es ser valiente, atractivo y siempre motivado.
No quería sufrir en vano. Me reconfortaba saber que, pase lo que pase, encontraría la felicidad. Mi principal preocupación era mantenerme físicamente sano, y el año pasado tuve una temporada bastante positiva. En algunas ocasiones hablé con Óscar de Marcos y le expliqué que tomaría la decisión finalmente. Aunque había estado en conversaciones con el club desde febrero o marzo, no quería comprometerme demasiado por si luego surgía algo que me hiciera dudar. Les aseguré al Director General y al Director Deportivo que sería sincero en todo momento, pero que tomaría la decisión al final. Así lo hice. Al finalizar la temporada, me sentía fuerte y recibí constantes muestras de cariño por parte del club. Estoy muy agradecido con Mikel González (Director Deportivo), el entrenador que también conversó conmigo, y Jon Berasategui (Director General) por su apoyo diario, por valorar mi importancia en el club y por el cariño mostrado hacia los jóvenes. Por ello, estoy orgulloso de haber decidido continuar. No sufrí en absoluto, porque mi objetivo era ser honesto y tomar la decisión al final de la temporada.
Claro, en la boda de Iñaki fue exactamente igual.
Recibí un mensaje muy afectuoso de Mikel González que me hizo reflexionar. Además, al compartir con mis compañeros, comprendí que la experiencia que viviré en Bilbao es única y difícil de replicar en otro lugar. Pero, sobre todo, me di cuenta de que me quedo en un lugar donde me valoran, donde me han demostrado cariño y donde han estado en contacto conmigo constantemente.
En el mensaje anterior ya te respondí. Me he detenido en el lugar donde he sentido cariño y valoración.
En la entrevista también abordamos otros aspectos relacionados con el contrato, como el incidente con un seguidor local y la interacción del jugador en plataformas digitales, los cuales serán detallados en una entrega futura de la conversación.
(Entre risas y rubor). Claro, el equipo se divierte con eso. De vez en cuando me tomo la molestia de prepararlas y se las muestro. Últimamente he estado trabajando en perfeccionar la imitación de Unai Simón cuando sale a calentar en San Mamés.
No tengo intención de actuar de esa manera. Dentro de un entorno, puedo ser espontáneo y divertido, pero fuera de él prefiero mantener una postura más seria y respetuosa. Aunque admiro a quienes actúan de forma más extravagante, personalmente prefiero ser auténtico en mi comportamiento. Aunque mi faceta humorística no sea tan conocida, es importante para mí crear un ambiente positivo y divertido con mis compañeros. Disfruto mucho de nuestra convivencia, ya que contamos con un grupo excepcional y un ambiente de camaradería único. A pesar de ello, cuando represento a nuestro club, me esfuerzo por ser más formal y correcto, ya que considero importante mantener una imagen adecuada.
No dispongo de esta funcionalidad. ¿Te gustaría que revisara la gramática, ortografía y puntuación del texto proporcionado?
Estoy de acuerdo contigo. En mi opinión, la plantilla actual del Athletic es la mejor que he visto, no me refiero solo a los 11, 12 o 13 jugadores, sino en su totalidad.
Sí, debido a su profundidad y la impresión de que cualquier jugador que participe está totalmente listo. Totalmente listo.
Es innegable que el equipo actual tiene un trasfondo histórico. Desde un punto de vista personal, tanto en términos de influencia como en lo futbolístico, observo a los jugadores mostrando la misma humildad, dedicación y respeto en su día a día. Esta actitud me reconforta. Aunque no sé cuánto tiempo permaneceré en el Athletic, es reconfortante ver el comportamiento ejemplar de Jaureguizar, Unai Gómez, Beñat Prados, Nico Serrano, Padilla, Adama… Se aprecia el respeto mutuo, la ética de trabajo, el compromiso y la disposición a escuchar, lo cual me infunde tranquilidad. Estoy convencido de que el futuro del Athletic en los próximos años será prometedor.
Ya me conocen. Mi enfoque se centra exclusivamente en el Espanyol. Esta competición es muy exigente, con equipos que cuentan con plantillas diseñadas para ganar en sus respectivas ligas. Sería contraproducente desviar la atención del Espanyol. El año pasado nos fue bien manteniendo esa mentalidad.
Lo tengo presente como uno de los momentos más difíciles de mi trayectoria. En cuanto a sensaciones en el estómago (hace una mueca de incomodidad), un amargo sabor que nunca antes había experimentado en mi carrera. Fue una experiencia terrible, ya que se podía ver lo mucho que ese equipo lo merecía, cuánto había luchado, y a pesar de haber sido superiores durante el partido, era inevitable no temer a la posibilidad de no ganar. Me preocupaba cómo reaccionaría la gente si no lográbamos la victoria en ese encuentro. Recuerdo sentir un malestar que he discutido con mis compañeros, ya que nunca había experimentado algo así.
En todo caso, y especialmente por ellos, sin duda. He tenido la fortuna de experimentar diferentes aspectos del fútbol, obtener logros y explorar nuevas perspectivas dentro de este deporte, lo cual ha sido muy beneficioso para mí. Aunque he optado por emprender nuevos caminos, siempre he respetado las decisiones de Iker y Óscar de permanecer en donde están. Los admiro profundamente y considero que la obtención de un título era algo necesario para que pudieran retirarse en paz cuando llegara el momento. Ahora que lo han logrado, se puede apreciar la serenidad que los caracteriza. Observa a Demar, su nivel actual refleja esa tranquilidad absoluta que han alcanzado.
Absolutamente. En mi opinión, la experiencia de llegar a Bilbao y contemplar ambos lados de la ría llenos de gente, sin espacio ni para un alma más, fue realmente impresionante y única. Desde el puerto deportivo, se podía ver a personas en los balcones de casas aparentemente abandonadas o en edificios deshabitados, y de repente apareció un hombre de unos 50 años agitando una bengala con una bandera. Las imágenes de ese momento quedaron capturadas en las fotos que tomamos en la entrada a Lezama, para recordarnos siempre lo que vivimos.